La muerte se ha convertido en un tabú, especialmente con los niños. Los adultos hemos llegado a creer que no tienen capacidad para comprender la muerte ni pasar por el proceso de duelo. Además, al tratarse de un tema del que no se habla, tampoco los adultos de ahora saben cómo tratar el tema con los más pequeños.

Sin embargo, los niños sí son capaces de comprender el concepto de muerte. Los bebés perciben e imitan las respuestas emocionales de los demás y, a partir de los dos años, ya manejan el mundo de manera simbólica y pueden pensar en hechos o personas ausentes.

Explicación de la muerte a los niños

Es recomendable dar una explicación clara sin enmascarar ni usar metáforas que puedan confundirle generando ideas equivocadas que aumenten su miedo o le desconcierten ante el fallecimiento de un ser querido.

¿Cómo lo hacemos? Pues recurriendo a tres conceptos: universalidad, causalidad e irreversibilidad. El primero hace referencia a que todos los seres vivos tienen un ciclo vital que comienza con el nacimiento y acaba con la muerte. La causalidad consiste en que la muerte es el resultado de un cese de las funciones vitales. Por último, es importante también hablar de la irreversibilidad de la muerte; no está dormido, no puede volver de ese estado.

El apoyo emocional a un niño en el proceso de duelo vendrá desde la propia familia pero también desde la escuela.

Respuestas típicas ante la muerte

En niños de 2 a 5 años encontramos respuestas como negarse a creer el fallecimiento, demandar más cuidados, aparentar que no les afecta, expresar el dolor en el juego, miedo a que fallezca otra persona, imitar la reacción emocional de padres o hermanos.

A los 6-7 años, entienden perfectamente la muerte pero pueden tener dificultades para procesar las emociones vinculadas al duelo como la culpa o la impotencia. Puede guardar sus sentimientos o preocuparse en exceso por sus padres o hermanos.

En la preadolescencia (10-12 años), afrontan el duelo a la vez que los desafíos propios de esta etapa. Es importante contar con una red social de apoyo, ya que la muerte en su entorno le convierte en “diferente” y aumenta las probabilidades de sufrir acoso escolar. Pueden buscar fotografías u otros objetos del fallecido, así como acudir a lugares que frecuentaba. También pueden intentar reprimir sus sentimientos o manifestarlos de forma agresiva.

Indicadores de duelo complicado

En el duelo normal aparecen comportamientos, pensamientos y sensaciones que no interfieren con el funcionamiento de la persona; mientras que en el duelo patológico, estas manifestaciones bloquean a la persona y no le permiten volver a la normalidad. Esto puede ocurrir porque el proceso de duelo se pronlonga en el tiempo, porque las emociones resultan desbordantes o bien aparecen más tarde y casi no hay reacción en el momento de la pérdida, o porque la persona no asocia su malestar con el fallecimiento.

En el caso de los niños, existen varias señales que indican un duelo complicado:

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